esa fabuloso mundo rosa.

La revista Ohlalá me genera ambivalencias. Casi diría que me atrae y me enoja por igual.
Cuando salió por primera vez me pareció un golazo -y desde el punto de vista del marketing lo sigue siendo- porque cubría una franja de lectoras descuidada. La que tiene entre 25 y 40, a la que Para Tí le resultaba anticuada y Sophia quizá demasiado espiritual (y, digámoslo, a todas nos gusta consumir moda y belleza aunque más no sea con los ojos).

El diseño y la diagramación son geniales. La fotografía es impecable y los textos son medio basicones pero están bien redactados. Aclaro acá mismo que estoy hablando con toda la objetividad de la que soy capaz, ya que yo misma escribí muchas veces en esta revista.

Qué pasa entonces? Qué tiene de malo la Ohlalá?
Creo que lo que más me termina fastidiando es ese mundo ohlalero de perfección. Ese mundo donde las mujeres no sabés cómo corno tienen cocinas, utensilios, delantales y -sobre todo- MUCHO tiempo como si viveran en los años '50 pero ganan sueldos con 4 ceros o más (claramente, por qué si no esa moda, quién se la compra?). Y acá, no quiero ni oír de la sección + onda - plata porque ofrece prendas berretonas y ni siquiera de verdad económicas.
En Deco ves cosas que en los blogs ya llevan meses o años apareciendo. Las entrevistas son muy cortas, y la nota sobre temas de psicología se quedan cortas... es como que apenas rozan la superficie de los temas. Y pecan de un exceso de voluntarismo, de ponele onda que con actitud todo se soluciona.  eso no es culpa de genias como María Eugenia Castagnino, amiga y primera seguidora de este blog, que tiene una pluma increíble, sino del proceso de ohalización que sufre todo. Todo tiene el mismo gusto. Y tan ohlaleada está ahora la cosa que hasta las publicidades dirigdas a mujeres le copian esa estética soleada, retro, sensible y un toque frívola, con chicas de risa fresca y espontánea, sweaters suavecitos y make up natural. Vieron por ejemplo que cuando entrevistan chicas por la calle son todas di- vi- nas? Una más lookeada que la otra! Nunca pescan una despeinada, o sin su pashmina.

 Creo que la fórmula Ohlalá, que existe y puedo dar fe de que como redactora te la hacen cumplir a ra-ja-ta-bla empieza a aburrirme. Cada vez que voy al quiosco entro en un dilema: la compro o no? Quéeee? Dieciocho con noventa??! "Con eso me compro un rico cafè y me leo 5 revistas más!", pienso, pero la termino llevando. Porque sí, es tentadora. Porque no hay otra parecida (si llegara la Jackie por ejemplo!), porque hay dìas que necesitás leer sobre otras mujeres, entrar en un mundo de plantitas, y cremitas, y ropitas y terapias ayurvédicas salvadoras (Siempre, la de cada mes, es la POSTA, como las dietas de Para Tí). En definitiva, una inyección de mundo color rosita.
Pero tardo en leerla en total 15 minutos, y vuelvo a decir "Qué blef", y después va a parar a mi mueble del cuarto, donde al menos -con todas las demás- queda decorativa.
Me fui al carajo escribiendo. Cuenten uds qué les pasa con esta revis. Sé que MUCHAS la leen!

Besos y hasta mañana muchachada.
Pd: todavía no respondí los comentarios del post anterior porque no doy crédito. =)