Uno, dos, tres... trece!

Se cumplieron 13 años desde que llegué a Buenos Aires. Esta ciudad que amo. Recién ahora me cae la ficha de lo pequeña que era. Pienso en mi ansiedad al llegar, mi apego a mi equipito de música, mi cosmovisión desde el barrio de Once, mis jeans rotos abajo, mis zapatillas, mis cejas mal depiladas, mis maquillajes de Jactans, mis cassettes de Los Redondos, mis Camel y Beldent por $1,50, mi costumbre pajuerana de caminar por la calle, mis poemas para mi añorado mar, mis listitas de compras del Coto, mi Guía T como  Biblia, mis salidas al Cuervo y Gallery, mis tres menúes repetidos al hartazgo: muslitos de pollo, fideos con tuco y -con suerte- milanesas que me traía mi mamá, mis infinitos viajes en 160 a Ciudad Universitaria, mis chismes con Inés, compatriota marplatense, mis tardes de estudio en la pensión, las charlas en la cocina con la estudiante pampeana, mi amistad con Lore, mi primer romance trunco en tierras porteñas, mi diario íntimo, mis viajes en primera, mi encuentro con una carrera que era más y menos de lo que esperaba, mi mudanza a otra pensión (a la que llamábamos "residencia"), mi llanto cuando un taxista me robó, mi amistad con Rocío y Córdoba, mis intentos de dejar de fumar, mis llamados desde el semipúblico que teníamos adentro, mis excursiones al Parque Rivadavia, mis noches de helados con las chicas, mis trasnochadas con música de Sabina, mis madrugones los jueves para entrar a Ciudad a las 7, mi embole en Sociedad y Estado, mi anhelo de vivir sola.
Mi último y soleado día en la Resi.
Mi salto de los 18 a los 19, de Caballito a Las Cañitas, de estudiante a laburante, del ´99 al 2000.
Todo ese vértigo.



Uds también se mudaron para estudiar? Cómo recuerdan sus 18?