me pregunto.

Les pasa que a veces por más felices que sean las razones, cierto caos las desborda? A mí sí. Y sé que si Pablo lee la palabra "caos" diría que soy una exagerada, pero lo vivo así. Estoy FELIZ por la llegada de Rodolfo a casa, es un cachorrín hermoso, atorrante y comprador. También por la estadía de mi hermana Coco con nosotros y su inminente mudanza a Buenos Aires, que me hace sentir que la familia es aun más grande....
Pero cuando entro a casa, y veo los papeles de diario, los meos, las cagaditas, el sillón convertido en cama dejando ver todo lo que guardamos atrás, una magdalena a medio comer, un par de platos sucios, toallas húmedas que estos días pegajosos no dejan secar, nuestra cama deshecha, los juguetes de Rodolfo, la comidita de Kathy, el agüita del perro volcada sobre el piso, la ropa de las vacaciones todavía desparramada, las plantas medio masticadas por sendas mascotas, los adornos todos subidos para evitar ser ellos también engullidos, los muebles a modo de barricada entre los dos ambientes para que no se maten cuando no estamos... Es como si al entrar el corazón me diera un salto. Y no puedo serenarme hasta que veo todo mínimamente en su lugar.
Sé que la hipótesis "Te estás buscando un motivo para opacar tanta felicidad" acá no corre. No va por ese lado.
Ahora bien, me pregunto: Seré una obsesiva del orden en su sentido general -cierto orden de la vida- y no lo sabía? Vivo como caóticas situaciones que no lo son? Me salgo de eje muy fácil?
Y si es así:
Se aprenderá a relajar en esto o una ya viene programada de este modo?