lo que otros te enseñan.

Hoy estoy medio indecisa sobre postear lo que tengo en la cabeza. Más que nada porque las personas sobre las que pienso no son conocidas para ustedes.. Entonces no sé si va a entender mi punto. Por otro lado la sensación este fin de semana fue muy fuerte.
Asi que bien, hago el intento y si no se entiende, pues mañana será otro día para postear algo más inteligible.
Pensaba que en el último tiempo percibí cómo determinadas personas se aparecieron en mi camino para enseñarme algo, muy claramente. Pero TAN claramente. Algunas se sumaron a mi vida ahora, otras ya estaban ahi, dejándome su ejemplo, sin que yo estuviera lista para atraparlo. Cachai??
Será que tengo esa extraña afición por encontrar lo bello en cada uno, o será de verdad que el camino te presenta oportunidades de crecer, y tenés que tener las antenitas paradas para que no se te escapen.
Fue a partir de la visita de Pedro, el sobrino de Pablo, a casa. Pedri tiene 22 años, y siempre me lleno la boca hablando de él, y me autobautizo su tía, porque quiero ser tía de este ser lleno de luz. Vibra en una frecuencia un poquito más arriba que todos nosotros. Es un músico muy talentoso, es bueno e inteligente (y supongo que para muchas chicas, buen mozo). Pero lo mejor de Pedro es su humildad. Es incapaz de creerse quien para batirte la posta (así diría nuestra amiga Lu). Así esté segurísimo de tener razón, no levanta el tono de voz porque no necesita imponerse, no fanfarronea.. tiene muy presente que lo más importante que está ocurriendo es siempre el diálogo, el encuentro, no la competencia por ser el más capo. Y lo admiro MUCHO por eso. De más está decir que con su corta edad muy seguido tiene la posta, y además toca con grosos como éste (lo pueden ver sonriendo en la percusión?)
Después están Wilma, la prima de Pablo, y Susana, su mamá, que me muestran cada día que no por cumplir años hay que avejentarse. Las miro y me maravillo. Incluso me sonrío para adentro, y a veces se los digo. No pierden el espíritu curioso, ni sacan chapa de "yo ya la viví", ni jamás de los jamases se olvidan de la importancia de jugar. Tienen que verla a Wilma, en lucha encarnizada en el Waterpolo; o a Susana matándose de risa con los dos países que le quedaban en el TEG. Una maravilla.
Eso es algo que admiro mucho en ellas dos. Y siempre les digo que quiero llegar así a los 49, en el primer caso, y a los 65, en el segundo.
Por otro lado están Roberto, el gurú cuidacoches de la cuadra, que lee Espinoza y atiende consultas espirituales en un banquito-, y Pablo, el recpecionista de Greenpeace, de quien también ya les hablé, que sale de la oficina en Chacarita y corre hasta su casa en Quilmes y que siempre tiene una sonrisa para ofrecer. Ellos me adoctrinan en el arte de la no queja. Con el tiempo, y gracias a ellos, antes de emitir una queja lo pienso 5 veces. Porque si vos le decís a Roberto, por ejemplo, que "Qué frío hace", él te dice, "El frío lo necesitamos para que las abejas polinicen el no sé qué y así tener frutas y miel en primavera", ponele. Si a Pablo le decís "Gracias Pabli", te contesta "Gracias", NUnca le escuché un "De nada".
No me quiero olvidar de Martín, nuestro quiosquero, que abre a las 7, 30 de la mañana y cierra como a las 10 de la noche, y nunca pero NUNCA pierde la sonrisa. Y todavía te dice "A veces no me doy cuenta de que estoy trabajando".
Claro que también aprendo de la onda que tiene mi Pablo con los chicos, y con los animales, de su sentido práctico, de la fluidez con que maneja el dinero y de esa capacidad de sobrevolar las pequeñeces de otras personas. Aprendo de la fortaleza de Beatriz, que hace más de 5 años tiene metástasis, y aprovechó la oportunidad para aferrarse a la vida, en vez de enojarse con ella. Aprendo de mi hermano, que es generoso, simple y cariñoso en su particular manera... De Noe, que siempre me ayuda a pensar; de Anita, que conserva su eje incluso en las situaciones más complicadas.
Cuando me cruzo con gente así, sufro el siguiente proceso: primero me siento perpleja, después siento una fuerte admiración, y por último me siento sumamente afortunada. Porque siento que un pedacito de esa luz, la tienen para convidárnosla y que la hagamos propia.
Si llegaste acá, sin imágenes, y leyendo sobre desconocidos, GRACIAS!. Eso es todo lo que quería decir hoy. Que tengas un hermoso lunes!


c.