no me interpreten mal (estoy sobreviviendo)

Rodri, mi compañero, tiene no sé... 21 años. Fue el primero en mandarme sus cariños cuando nació Tomás. Tiene en los ojos el brillito de los veinti. Habla con las palabras esperables para un almita sensible de su edad. Está develeando sus verdades, y necesita decirlas en voz alta. Come sano. Escucha música. Descubre bandas. Sueña con viajes largos. Cambia de carrera sin miedo. Se enamora de una compañera y se pone colorado si ella le hace un pucherito histérico.
Hace unos días me prestó un libro, "Atrapa tu sueño", escrito por un matrimonio que un día se animó a cumplir el sueño de viajar por todo el continente. Me sorprendió. Yo pasaba apenas a buscar la computadora para trabajar desde casa. Y él se acercó a darme la copia. Porque él insiste en que el componente soñador e idealista está en mí. Yo le insisto en que el status y la seguridad material me tiran. Él me replica que esto último no quita aquello otro. Le digo que no a todos les resultan simpáticas mi buena onda, mi predisposición, que a veces hay que fingir desinterés, ponerse más dura de lo que me gustaría, esconder mi costado más sensible, y que a mí no me gusta caretear.

"Estás sobreviviendo", me dijo. Y me pasó este tema.


Gracias Rodri. Me reconectás con una Ceci que dejé por allá, fantaseando con una vida menos autómata.

pd: Post dedicado a mi amor Pablo, a raíz de una charla que tuvimos ayer.