miércoles, 13 de noviembre de 2013

a wanuquear nos vamos.

Wanuqueando - PLAY

Hace días que quiero contarles de la visita de Seel & Martín a casa. De la merienda en La Esperanza con capa 1, capa 2 y capa 3 -no necesariamente en ese orden la capitud- . De los regalitos que me hicieron. Les quiero mostrar mi casita, toda florecida con jazmines ¡de tres tipos!, el cuarto de Tomi que te debo, Marcelina, y mi barrio tan lindo vestido de primavera. Peeeero... para todo eso necesito una cámara de fotos. And you know what? No tengo.  Hace más de tres meses que me contento - báh, me las arreglo- con un Nokia 1100. ¡Tan pero tan primitivo que ni pantalla color tiene! Ahhh eso sí, de vez en cuando se chifla y sin que se lo pidas te tira la hora en voz alta. Mi cámara, por su parte, lleva una fichita de memoria que mi compu de casa ya no lee y la del trabajo nunca leyó.

Así ando de desfotada por la vida. Qué le va a hacer.

Pero de todos modos quería pasar a escribir. En especial para agradecer con el corazón que hayan sabido leer  con el ídem el post anterior (que se presentaba tan largo y sin imágenes!!!) y los comentarios que me dejaron.

Y también para contarles que nos vamos a Jujuy.

Con Pablo siempre soñamos  volver al norte, a donde fuimos por separado en la era AC (Antes de Conocernos). Bien, ahora se concreta con pequeñín a bordo. ¡Tomás va a viajar en avión! Ay, él que ya flashea con los aviones... ¡Cómo muero por verle la carita al despegar!!! Y va a gatear entre esos cerros de mil colores..............Yeah!

Yo me debía una revancha con Tilcara, a donde estuve con mi hermana apunada - tirada la pobre en un bungalow en un camping- en pleno bardo de carnaval.

¡Sé que es un lugar de pelos! Y si todo sale bien voy a poder a reincidir en la encantadora Purmamarca, donde viví dos de los días más felices de mi vida.

Bueno, eso. Éstos días me van a venir muy bien... ¿Les conté no lo extenuada que estoy? Jajaja.

Si pueden dénle play a Wanuqueando. Conozcan -si ya no lo hacen- esta gran canción, tan de  nosotros, que tuve la gloria de oír en hermosas oportunidades: en vivo con Divididos y Peteco Carabajal en River; en el violín del propio Peteco sólo para mí en su casa de Paso del Rey; en mi equipo de música mientras imaginaba mi fiesta de casamiento y ensayaba cómo bailar con mis zapatitos tan altos, duros y azules. Y por fin, la noche de la fiesta, mientras chocábamos copas radiantes de felicidad.

Qué lindo este espacio, qué bueno tenerlas. Volveré pronto con celular reeeepro y seré millones de imágenes. Prometo.

c.

Pd: De paso leo recomendaciones para Tilcara!

sábado, 9 de noviembre de 2013

Perder, recuperar, encontrar

Sí, como el hit literario y cinematográfico de dos años atrás mi vida hoy también puede resumirse en tres verbos infinitivos: perder, recuperar, encontrar.

Perder

El otro día me acordaba de Celina, una compañerita de la primaria. El primer día de clase de primer grado vino y me dijo que ella también sabía leer. Entonces abrió el libro de lectura y empezó:

- Melisa amasa la masa. ¿Así mamá? Sí, Melisa.

Después arrancó de nuevo:

- Melisa amasa la masa. ¿Así mamá? Sí, Melisa.

El truco duró poco. Alguien le mostró otra página y no sabía leerla. Alguien se la había dicho, la había memorizado y ahora la repetía una y otra vez. Nunca supe si ella creía que sabía leer, o si nos engañaba deliberadamente.

Como sea: eso se lo podía tolerar a mi amiguita de seis años. A la gente adulta no.

Las personas que se mienten a sí mismas, y luego a los demás, me resultan insoportables. Si les tengo cariño, puedo intentar entenderlas y sostenerlas, hasta que un día la falta de transparencia y honestidad me agota.  Hay personas de mi edad que todavía creen en la apariencia  -no en la esencia.  Entonces se contentan con imitar la forma en lugar del recorrido. Total, de afuera se ve igual. ¡Celina parecìa leer de hecho! Bueno, ese tipo de personas ya no tienen mucho que ver conmigo. Aunque duela.
...

Recuperar

1. Hay cosas que no son imprescindibles, pero que así y todo necesitás mucho. En la última semana me encontré recuperando objetos que teníamos todavía embalados en nuestro altillito. Mis libros de cocina y los álbumes de fotos. A ese tipo de cosas me refiero.

Uno de los álbumes estaba a medio completar. La última fotografía me mostraba a mí, con piloto rojo, sonriendo delante del London Eye. Con boligoma y paciencia, fui completando: nosotros en Uruguay, Pablo con su mejor sonrisa en Cabo Polonio; a carcajadas en el casamiento de un amigo; Rolfi bebé; yo dormida a toda hora en todo lugar porque un bebucín estaba revolucionando mis hormonas; con mi médico oyendo los latidos de Tomi; en el Rainbow Warrior con buzo de Greenpeace; con las llaves de nuestra casa;  la panza abajo de sweaters, vestidos, musculosas y entre dos piezas de bikini; el curso de preparto; la última salida un día antes de ser papás -yo la cara hinchada de agua y de ansiedad- y después, en una página, solito él, Tomás llorando en su primer baño. Estaba pegando las fotos cuando nos visitó un amigo que se está separando. Me sentí mal por él. Pensé mucho en lo que podría ser si se dejan avanzar las grietas. O si el amor se va. Ahí no hay boligoma que te sirva para reparar nada. Esa noche no dejé pasar un charla que teníamos pendiente. Fue todo lo que necesitaba.

2. Recital de Blur. Idea y ejecución de Pablo, no es que yo tuviera tanta expectativa con ese concierto (aunque la previa con Café Tacuba me entusiasmaba), porque...  ¿Qué podía tener para decirme Damon Albarn 12 años después? La respuesta la descubrí apenas soltó el "Are you readyyy?" y sonó Girls and Boys. Mi cuerpo fue el que empezó a expresarse. Ya saben ustedes lo mental que soy, pero le di rienda suelta. Y salté como una desaforada, y grité de contenta, y bailé y nos abrazamos y me emocioné. Y sí, recuperé sensaciones que habían quedado a mis veinti. Entonces descubrí que ésta que soy hoy no dejó atrás a aquella: la contiene.

3. Vi a mi tía Yolanda después de 16 meses. Mi tía más querida -y que más me quiere- no conocía a Tomás. Si estuve un poco molesta por eso se me pasó enseguida porque sé el contexto de su vida el último tiempo. Nos esperaban  tíos, primas, sobrinitos, abrazos, regalos y una olla de strogonoff que mi tía prepara sólo si yo voy de visita. Charlar, abrazarnos, sonreírnos y acuclillarme junto a Sofi hasta hacerle perder la vergüencita hicieron MI domingo. Ese territorio afectivo, que por distintas razones había quedado relegado, se recuperaba con creces.

Gente que queda atrás, gente nueva, gente que vuelve.

4. Dolor de espalda in- so-por- ta-ble, decidí que era momento de reencontrarme con mis clases de yoga. Nunca dejé de practicarlo en casa, pero no es lo mismo. Les tengo que disputar la alfombra a Tomás, sus juguetes, Rolfi y Kathy. Y concentrarse se hace difícil. Así fue que en la sociedad de fomento del barrio tuve mi primera clase con una profe grosa que enseguida me hizo olvidar de lo kitsch del lugar y me convenció de seguir adelante.

5. Un almuerzo de puro reencuentro ayer con Lu B. Ternura y cariño que necesitan pocas palabras.

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Encontrar

1. Estoy encontrando -o buscando, no lo sabría decir- ... mis lugares de identificación. Como madre, y ya pasados los 30 podés sentir que esos Camparis en Palermo con compañeros de trabajo no te aportan demasiado. Y a la vez, como madre reciente, que apenas pasó los 30, lo de las mamás en el arenero tampoco es un plan que te termine de cerrar.

De a ratos me siento insegura. Por eso creo que más que lugares busco mi nueva voz. Una voz que suene igual sentada a la barra de un bar, o frente a la hamaca en la plaza. En el trabajo y en casa. En la vida on y offline.

La escritura es un camino, lo sé, aunque tenga que hacerle espacio con codazos.

Intuyo que el encuentro de mañana con ella, ella y ella me puede aportar un montón en este aspecto. Debe ser porque las tres saben decir lo que quieren decir en su propio tono.  ¡Y eso me tiene muy ilusionada!

Buen fin de semana, muchachada linda.

c.

martes, 5 de noviembre de 2013

por qué tenemos hijos?

Es una pregunta. Me la hice y hago a menudo.

¿Por qué traemos al mundo algo (alguien) que antes no estaba?  ¿Por qué fabricamos vida?

Sí, mi pregunta admite una variedad de respuestas modelo. Deseo de trascendencia, amor e instinto de supervivencia de la especie en el top 3.

Todas y ninguna, pienso yo.

Nosotros, los que elegimos tener hijos. ¿"Elegimos" tener hijos? ¿Qué sería elegir si no hay experiencia previa siquiera un poquito comparable?

¿Queremos "tener" un hijo, como se tiene una posesión y como muchas veces repetimos irreflexivamente? Y cuando queremos eso, ¿qué es lo que queremos exactamente?

¿Queremos ser madres y padres por una cuestión de status social?

¿Queremos sacar la mirada de nuestro ombligo? Y si es así, ¿por qué tomarse el trabajo de traer una nueva vida, habiendo taaaantas cosas y personas en este mundo de las que ocuparse?

¿Hay un motor narcisista agazapado en el acto de procrear?

¿Queremos llenar algún hueco?

¿Queremos terminar de realizarnos en ese ser, fantaseando con convertirlo en tábula rasa donde proyectarnos?

¿Queremos consolidar el amor de pareja?

¿Queremos dejar algo en el mundo... más que nuestros huesos?

Cada cual tildará -con mayor o menor honestidad- una o varias de estas opciones. 

Por mi parte mi esbozo de respuesta la estoy encontrando en retrospectiva y tiene que ver con un amor propio que fue tomando forma y espesor; un amor de dos que creció y que podía repartirse y multiplicarse y sobre todo una amplificación de la capacidad de amar que pedía cancha.

Pero como digo, es sólo un atisbo de respuesta a una pregunta que no sé si alguien puede contestar.

No tengo la más pálida idea de por qué tenemos hijos.


Lo único que sé - y no lo digo para hacer un final Chim Pum- es que el amor incondicional, visceral y desmesurado que nace con nuestro hijo no se parece a nada de nada anterior. Definitivamente no podíamos saber en qué consistía el capítulo que estábamos por abrir en nuestras vidas.

domingo, 27 de octubre de 2013

cierta práctica.

Make you happy- PLAY

De vez en cuando vuelvo a las palabras de Linda Goodman, gracias a quien más creo en la astrología, seguida de mi ex jefa Lili, que me hizo la carta natal y la revolución solar en 2011 con el siguiente vaticinio -por ese entonces inverosímil, impensable y lejano:  "Si para abril del año que viene no tenés noticias de hijos, me retiro de la astrología". No se retiró, claro, porque para abril ya tenía un mes de embarazo.
Linda llegó a mí por una mis amigas más esotéricas, Vero Pestoni. "No leíste a Linda?!", me preguntó casi acusatoriamente. Cuando leí la descripción de la Mujer Acuario de la tal Linda, que escribió en los `70 y creo ya no vive, sentí que se había metido adentro mío, había sacado fotos 3D hasta de mi última célula y las había puesto ahí, por escrito, para que las vieran todos. Es más, sentí que cada persona que me conocía tenía que leer eso para terminar de comprenderme.
La cuestión es que hay un párrafo que -al momento de descubrirla mucho no me afectaba- que habla de la mujer Acuario y la maternidad. Dice así, hago copy/paste porque además de todo escribe lindo:

Puesto que Urano rige el futuro, uno podría imaginar que estas muchachas son madres por naturaleza (después de todo, los niños son parte del futuro). Pero la mujer Acuario media puede, en un primer momento, sentirse perpleja ante la maternidad. Como está acostumbrada a extenderse y dispersarse, necesita un proceso de adaptación para poder dedicar toda su atención y su energía a un solo ser humano de manera exclusiva, y eso quizá le exija cierta práctica. Su natural actitud de distanciamiento hará que le resulte difícil dar expresión exterior a su calido afecto. La madre Acuario típica se dedica a sus vástagos, pero también necesita cierto desapego ante los niños. Sin embargo, es probable que sea el miembro más diligente de la asociación local de padres y maestros. Se pasará horas hablando con sus amiguitos en el nivel propio de ellos, sin imponérseles, y dedicará las tardes a trabajar para un proyecto de la escuela. Observándola, los niños aprenderán de ella lecciones de fraternidad y de humanitarismo. Las madres Acuario jamás protegen exageradamente a sus hijos, y muestran una actitud comprensiva ante las confesiones más alarmantes.

(Es tan increíblemente certero que más adelante hasta bautiza al hipotético hijo de la acuariana "Tommy"). Hoy necesité releerlo. Porque, como le decía el otro día a Susana, mi suegra, con Tomás estoy haciendo un aprendizaje en varios aspectos. Le contaba que mi bebé es súper mimoso, y yo no soy muy franela que digamos, pero a él le gustan TANTO los besitos que a veces arranco a dárselos por esa simple razón, y después me contagio. Pero el principal aprendizaje es el que describe Linda. Y me cuesta: el de concentrarme sólo en él. Cuando estamos juntos lo disfruto con todo mi corazón y mi cuerpo (jamás me deshago de él frente poniéndolo frente a la tele; ni siquiera se me ocurre),  pero una parte de mi cabeza está pensado que debería estar haciendo otra cosa, siempre irrisoria y ridícula (Desde arreglarme las uñas, hasta poner ropa a lavar, o chequear mails). Nada que  una mamá Cáncer como mi linda Noe podría entender. Trampas de la mente para no entregarse por completo.


Sería absurdo querer compararme con John Lennon, pero siempre me repicó en la cabeza algo que decía en una entrevista inédita que salió en la Rolling Stone. Confesaba atribulado que le costaba ponerse a jugar con su hijito Sean.. Èl, que le escribió Beautiful Boy estaba diciendo eso!!! Pero bueno, esa imposibilidad lo acomplejaba.  Yo arranqué contenta pero humildemente con mis Cuentos para Tomás, y me siento más ducha y diligente para eso que para tirarme horas a jugar en el piso con él.

Así que eso.

Sólo quería ponerle palabras, para compartírselos a las Acuario y a las otras también. Y porque quizás el hecho de que esté escrito en las estrellas me libera un poquito de la culpa que me genera, al igual que a John.

Espero que empiecen muy bien la semana, muchachada,

c.

jueves, 24 de octubre de 2013

lado B.

¿Vieron que Facebook es como un reality del lado A de la gente, no? Todos ahí sacamos a relucir los hits, contamos los Me Gusta y vemos cuán posicionados quedamos en el top 40. Nadie vuelca en su Muro sus pesares, sus miedos, sus angustias, sus desaciertos. Bueno, a mí ese juego me aburre cada vez más, y si en algo me esmeré es en que sosloqueamás fuera un espacio honesto. La vida. Con sus lados A y B. Y si no lo va a ser -ya lo hice una vez y no dudaría en volver a hacerlo- me llamaría a silencio.
Pero honesto no significa que vaya a trasmitir en vivo y en directo cual Truman la vida que vivo que involucra a personas de carne y hueso. La verdad es que salvo una vez, allá a lo lejos, nunca tuve problemas por nada que contara acá, pero necesito cuidar a los míos. Es mucho lo que proteger.
Pero sobre todo, siempre odié esos posts catárticos y verborrágicos donde una x cuenta "porque me dijo esto y esto", o "mi cuñada esto y aquello". Hablar de lo cotidiano y trivial de cada una  no tiene interés para nadie, no suma. Sin proponérmelo siempre intenté que Sosloqueamás aporte una mirada, buscarle una vuelta a las cosas que pueda servirle a otras personas a pensar su propia vida.
Así las cosas, es una línea muy delgada la que transito cada vez que escribo una nueva entrada.
El Día de la Madre quise darme un chapuzón en el lado B. O en los outtakes,  para ser fiel a mí misma y sobre todo a ustedes.
Después quise de algún modo responder la pregunta que había abierto. Conté con una lectura entre líneas que quizá no logré.
Perdón por la opacidad.
Sí: Vera (Curru, muy bueno tu juego de palabras!) floreció también este año, pero de vez en cuando viene una escarcha que la deja mustia. Y la pobrecita no se va a bancar todas.
Si sigo siendo opaca será que tengo que tomar un curso de redacción.
O poner un paréntesis acá mismo, porque más no puedo decir.

Que tengan un gran, gran cierre de semana.

c.

domingo, 20 de octubre de 2013

el subibaja que baja y baja.

Tengo que ser honesta. Este Día de la Madre no se parece en nada a lo que imaginé. Tomás duerme al lado mío. Y en la casa no hay olor a asado, ni nada. Sólo la tele en mute. Rolfi rascándose, Kathy durmiendo. Me siento sola y muy mal. No estoy sola, lo sé, pero así me siento. Cuando con un componente tan fundamental de tu familia, tu marido, hay cosas que no podés solucionar, la sensación de caída. El baja, baja y baja es desgarrador.
El Día del Padre fue similar.
Luego hubo un coletazo en agosto.
Y después todo parecía encauzarse hacia el lugar más feliz imaginable,
Pero entonces zaz, descubrí que hay aspectos terribles que siguen ahí.
No sería honesta si sosloquemás y sus lectoras no supieran nada de esto. Estoy engripada  y con los ojos hinchados de tanto llorar.
Tengo tanta tristeza y dolor que no los puedo describir. Suelo encontrar palabras para todo. Pero hoy no.
Quiero a cada una desearles un Feliz Día de la Madre, y en especial agradecerle a Seel que con un mail justo a tiempo hizo salir el sol por un ratito.
Un abrazo grande muchachada linda,
c.

viernes, 18 de octubre de 2013

ser Cecilia.

El domingo es el Día de la Madre. El año pasado lo pasé embarazada, éste me encuentra con Tomás fuera, grande, hermoso, igual de mangiatutti que el primer día, dulce, conectado, musical, simpático.
Y sin embargo no me encuentro en la categoría. Esas publicidades que hablan de las Madres no hablan de mí, ni me hablan a mí. Las publicidades de Suave no me interpelan. Las vidrieras con calcos y ploteos "Para mamá" definitivamente hablan de otra. No creo que lo mío sea un pantalón recto con una remera de algodón lisa de Yagmour o Ver.  Y sin embargo, va a ser mi primer Día de la Madre. Y estoy hablando de esto porque en definitiva sí, soy madre, y sí algo toca esta fecha dentro mío.
En el post anterior me hice muchas preguntas. En algún punto se las formulé también a ustedes. Y mierda que contestaron. Porfavor! Me hicieron transpirar la remera más que mi analista.
Toda la cuestión me hizo acordar a esa gran lista de P sin R que me hice hace un año, cuando la maternidad estaba a un paso. Muchas de esas preguntas escondían miedos, como por ejemplo, convertirme en una señora y no encontrar más a Ceci. O no poder -no querer- viajar como solemos. O no saber combinar trabajo e hijo y varias más. La mayoría -creo que todas- encontraron sus respuestas, y fueron muy positivas.

Pero ¿Por qué tenía tantas dudas?

Cada cosa que pasó hasta acá en mi vida, primero la visualicé. sin ponerle palabras. Nunca me mentí, ni miré lo que hacían otros. No imité, no copié. Las imágenes venían desde dentro. Una de ellas -una de las más fuertes, entonces inexplicable- fue la primera vez que visité Villa Ortúzar hace unos 5 años. Me vi ahí mismo pasando una Navidad muy íntima con Pablo -lo único cierto hasta esa  fecha- y nuestro hijo varón, una noche calurosa, en la vereda, los tres. Así fue el año pasado, y así se avecinan las próximas fiestas.

Visualicé mi casa en Las Cañitas cuando vivía en Once.
Visualicé cómo sería vivir en Ancón antes de conocerlo a Pablo y su hermosa casita.
Visualicé cada medio donde quería escribir hasta hacerlo.
Visualicé mi fiesta de casamiento, mi vestido, la banda, todo tal como fue (aunque ahí, la realidad superó a la imaginación).
Visualicé el sur de Italia el mismo día que me anoté en la Dante, 5 años antes de ir.
Visualicé cómo sería dar clases de periodismo.
Visualicé este trabajo que tengo, apenas leí el aviso.
Visualicé el camino a la clínica para que naciera Tomás, al anochecer con esos mismos colores. (Otro caso en que la felicidad superó la imaginada).

Y así podría seguir, contándoles cuántas cosas tomaron forma en mi cabeza y mi corazón antes de ser. Tantas que yo misma me sorprendo.  Entonces me envalentono: "Alinear deseo y energía. Eso lo sé hacer", y pienso que la escritora que imaginé a los 8 años, y tantas otras imágenes más o menos nebulosas, serán de carne y hueso. Lo mío no es el random. Voy a un lugar que ya vi.



No soy esa mamá de las propagandas, ni la mamá de Tomás solamente; no soy una aspirante a escritora o una blogger: no soy esposa o redactora de Greenpeace; soy cada decisión que tomé, cada cosa que deseé, cada camino recorrido, cada persona en ese camino, cada puerta cerrada y cada puerta abierta.

Soy Cecilia.

Seel, quién otra sino voz podría ilustrar mejor este post?